sábado, 18 de enero de 2014

LAS DEHESAS DE CAMPANILLAS II

Administración y gestión de las dehesas hasta 1789

           
            Las dehesas de Campanillas lindaban por el este con tierras de Juan Granados, por poniente con la Cañada de Lira, al norte con el Cerrado de Chinchilla y por el sur con el camino de Cártama. Tenían una extensión aproximada de 900 hectáreas, la mitad de las cuales eran de labor y la otra mitad se dedicaba a pastos.
       La parte de dehesa dedicada a labor se arrendaba a jornaleros o labradores modestos. A los agricultores les estaba prohibido construir ningún tipo de vivienda ni habitáculo para guardar los aperos para no crear vinculación con la tierra y no dar pie a las usurpaciones. Además tenían la obligación de mantener los linderos limpios de zarzas y de guardar la paja y rastrojos para el ganado que pastaba en la dehesa. En total se hicieron 104 parcelas de 4 fanegas cada una. El pago de la renta se realizaba en dos veces, una cuando se recogía la cosecha, en julio, y la otra en diciembre.

            Durante este periodo la administración de las dehesas correspondió a la Junta de Bienes de Propios, estos bienes eran propiedades tanto rústicas como urbanas de los municipios y constituían una importante fuente de ingresos para el Ayuntamiento. El Mayordomo  de Propios era el administrador de todas las rentas que el ayuntamiento de Málaga recibía por este concepto. En el siglo XVII, las dehesas de Campanillas ingresaban al cabildo de Málaga 544.000 maravedíes y a finales del siglo XVIII 301.638 reales. Parte de estos beneficios se destinaron a la creación de  un montepío de vinateros con el fin de remediar los males causados por años adversos para la  agricultura y proporcionar capitales a los labradores. Además durante un tiempo sirvieron para costear los vestuarios de las milicias que estaban destinadas en la capital.

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