lunes, 24 de noviembre de 2014

EL CINE


El cine en las décadas de los cuarenta y cincuenta
           
         Entre 1945 y 1946 los vecinos de Campanillas pudieron disfrutar del primer cine. Lo instaló  Ramón Gallardo Benítez en un solar de su propiedad, en la calle José Calderón a la altura del nº 113. Como pantalla de proyección aprovechó la pared de la casa colindante a la suya, cercó el solar con cañizo y durante ese verano se proyectaron algunas películas. No todo el mundo tenía dinero para pagar la entrada, sobre todo los jóvenes que, ni cortos ni perezosos, hacían un agujero en el cañizo y en caso de ser descubiertos, siempre quedaba el recurso de subirse a los árboles de los alrededores. Este cine sólo funcionó un verano. En los siguientes años su propietario contrataba orquestas y organizaba veladas en las que se bailaba al ritmo de la música de moda.  
            El siguiente cine también fue de verano y estuvo instalado en “Las Alpechineras” (las “Perchineras en el lenguaje popular), en las proximidades de la actual urbanización “El Brillante”. Funcionó en el verano de 1955. Después fue utilizado para la celebración de fiestas flamencas y, más adelante,  en este recinto se instaló la caseta oficial de la feria.
            Entre 1958 y 1961 se promovió el funcionamiento de un cine tutelado por la parroquia.. Joaquín Aguirre Ortega y el párroco  Jacobo (Santiago Real Romero) fueron sus promotores. Estaba situado en el “patio Jilguero”. En él se proyectaban películas autorizadas  en las que había que estar “como en misa”, que de guardar el orden ya se encargaba el cura. También en este local se celebraron fiestas flamencas, con actuaciones de los más famosos cantaores de aquellos tiempos, como Pepe de la Isla, Antonio de Canillas, Beni de Cádiz y Manolo el Malagueño.




Sala del cine de verano
El cine de verano

A partir de 1961 los vecinos de Campanillas pudieron disfrutar de dos cines, uno de verano y otro de invierno. El de verano estaba situado en la Trapera, actualmente calle Cristobalina Fernández. No tenía un nombre propio ni rótulos que lo señalaran, y las entradas eran las mismas que las del cine “González Marín” de Cártama, ya que el dueño era socio también de ese cine. Algunas personas recuerdan que: “era un local bastante amplio, al que se accedía por una gran puerta de cochera. En la fachada tenía dos taquillas y sobre ellas una pizarra colgada en la que figuraba el precio de la entrada y la programación. Nada más cruzar el umbral se podía ver a la izquierda la cartelera y a continuación el bar. Al lado de éste, una pequeña habitación donde dormía el operador las noches que había proyección. En la planta superior estaba situada la vivienda del dueño. Más adelante, cuando los dueños se trasladaron a vivir a Málaga, esta vivienda fue ocupada por el operador,  Miguel Vázquez Vázquez, y su familia. El patio de butacas en sus inicios estaba provisto de sillas plegables.
Poco después de su inauguración, las intensas lluvias del otoño de 1961 provocaron el desbordamiento del río campanillas y la riada se las llevó. Aparecieron en la Playa de la Misericordia. Más adelante fueron sustituidas por bancos. En sus laterales había sembradas plantas con flores aromáticas como un jazmín, una dama de noche, varios naranjos y limoneros y buganvillas de diferentes colores. Las distintas fragancias que se respiraban hacían las noches menos calurosas y muy agradables”.

      Como el clima de Campanillas es muy benigno, la temporada del cine de verano se prolongaba hasta bien entrado el otoño. Si hacía frío se encendían hogueras en bidones, a modo de estufas. La prolongación de la temporada  del cine de verano hacía que éste entrara en competencia con el de invierno. A este desafío el cine de invierno contestaba poniendo las entradas más baratas o dejando entrar gratis a las mujeres, a lo que el de verano respondía regalando cigarrillos o una copa de aguardiente a los asistentes.  El propietario, Francisco Ramos, además del “González Marín” de Cártama, también era socio del cine “María Cristina” de Alhaurín el Grande. Por este motivo las películas se intercambiaban y los vecinos podían disfrutar de una programación variada. Las películas con más aceptación eran los dramas y las del Oeste: El dolor de los hijos, Los hijos de nadie, Currito de la Cruz, Violetas Imperiales, Siete novias para siete hermanos o Los doce del patíbulo, entre otras.
Taquillas del cine de verano


  
           Como ya era tradicional, en  las salas de cine también se ofrecían espectáculos musicales. Algunos de los artistas de la época que actuaron fueron Manolo y Antonio el Malagueño, Rafael Farina,  La Niña de la Puebla, Juanito Valderrama y Pepa Flores. Como dato anecdótico se recuerda que la entrada a la actuación de Rafael Farina costaba 30 pesetas. En los últimos años se dejaron de proyectar películas y se celebraban banquetes de boda y con la llegada de la democracia el PSOE y el PCE organizaron varios mítines antes de la desmantelación  del recinto.

Fotos: Archivo Fotográfico y Documental de Campanillas.



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