sábado, 7 de noviembre de 2020

     



                                     EL ÁRBOL PARLANTE DE CAMPANILLAS


           Hace unos años apareció en el periódico Sur la siguiente leyenda, recopilada por Mateo Gallego y Francisco Lancha, atribuida a los habitantes de Campanillas:

            "Durante la presencia islámica había un vaquero a quien su amo le había regalado una vaca en premio a su eficiente trabajo. Una vez en posesión del animal, el buen hombre decidió que le había llegado la hora de casarse y fundar una familia, pues se sentía muy solo, ya que tenía por único confidente un árbol al que le contaba sus cuitas y proyectos.

             Era una encina que le había servido en sus juegos infantiles. El ingenuo vaquero afirmaba que hablaba con el árbol y que éste, en ocasiones, le había dado muy buenos consejos. A la encina le confió que pensaba casarse, pero que no le bastaba con la vaca que le había dado su amo. El árbol le dijo que cogiera su futo y lo vendiera. El vaquero así lo hizo, pero con lo obtenido no pudo adquirir los muebles más elementales.

             -Corta algunas de mis ramas- le indicó la encina - y hazte con ellas los muebles que precises.

            Resolvió su problema y se olvidó de su amigo el árbol. 

            Pasado el tiempo, llegó un buen día la triste nueva de  la presencia de los ejércitos castellanos que venían arrasando quemando y haciendo prisioneros. Atribulado, el vaquero se acordó de su amiga la encina. Ésta, que no le recriminó su alejamiento, le dijo que cortara su tronco y que se hiciera una barca con su madera en la que podrían escapar él y los suyos al otro del mar. 

            
Fue el único superviviente de la aniquilación del pueblo. Al año siguiente brotaron en la cepa vigorosos retoños que dieron forma, con el paso del tiempo a una nueva encina que esperó en vano la vuelta de aquel a quien había salvado la vida"








                                         EL RÍO CAMPANILLAS


        El río Campanillas nace en la sierra de las Cabras, al pie del Torcal, cerca de Villanueva de la Concepción. Desde el principio dirige su recorrido hacía el sur, hasta desembocar en el río Guadalhorce a pocos kilómetros de Málaga.

        En su recorrido recibe aguas de los términos de Casabermeja y Almogía. Limita por el norte con la cuenca del río Guadalmedina y por el oeste con los arroyos Espinazos y Yeserías, tributarios de Guadalhorce. 

        A lo largo de la historia las inundaciones provocadas por su desbordamiento han sido frecuentes. En la antigüedad antes de desembocar en el Guadalhorce formaba prados que en algunas épocas del año se encharcaban. Son numerosas las riadas que los vecinos recuerdan, la más reciente en enero de 2020 y la más recordada la de 1989.
        En la actualidad su caudal está regulado por el embalse de Casasola que afecta a 6kms del cauce y por el embalse del Tomillar que regula el caudal del arroyo Pilones.

                           Riada de 1989