A poco que removamos la
tierra en cualquier cortijo de los que pueblan la vega de los ríos Guadalhorce
y Campanillas, encontraremos restos de cerámica e incluso alguna que otra
moneda antigua. Son restos de las antiguas villas romanas que durante el Bajo
Imperio poblaron la Hoya de Málaga. Cuentan los historiadores que durante este
periodo de la historia de Roma, las ciudades
se hicieron muy inseguras y que las familias que podían se trasladaron a
vivir al campo. El origen de aldeas como Cupiana o Campaniles es posible que
esté relacionado con algunas de estas villas romanas que en la época musulmana
crecieron hasta formar un núcleo de población.
También cuentan los historiadores que paralela al río Guadalhorce transcurría una calzada que ponía en comunicación Cártama (Cartima) con Málaga (Malaca) y con Antequera (Antikaria). El ramal que llegaba hasta Antequera, es posible que transcurriera por el valle de Campanillas y pasara por Cupiana y Almogía. Esta calzada servía para dar salida a los productos agrícolas del interior a través del puerto de Málaga.
Texto: Josefina Molino
También cuentan los historiadores que paralela al río Guadalhorce transcurría una calzada que ponía en comunicación Cártama (Cartima) con Málaga (Malaca) y con Antequera (Antikaria). El ramal que llegaba hasta Antequera, es posible que transcurriera por el valle de Campanillas y pasara por Cupiana y Almogía. Esta calzada servía para dar salida a los productos agrícolas del interior a través del puerto de Málaga.
Texto: Josefina Molino
Dibujo: Salvador Bonet