domingo, 8 de junio de 2014

EL FÚTBOL EN CAMPANILLAS

Texto: Pepa Gómez

Fotos: Archivo Fotográfico y Documental de Campanillas    

  Los  inicios del fútbol en Campanillas se remontan a tiempos anteriores a la Guerra Civil. Un grupo de jóvenes aficionados de Campanillas y de la Colonia de Santa Inés formaron un equipo de fútbol al frente del cual se encontraba José González Gómez como responsable. Las reuniones se celebraban en el bar Cachucho (Calle José Calderón número 30). Durante los años que duró la guerra no se jugó pero, nada más terminar la misma los encuentros, se reanudaron pues era la única diversión que tenían los jóvenes en aquellos tiempos.
      Durante bastantes años los campos de juego cambiaron de lugar con mucha frecuencia. Los propietarios de las tierras donde se ubicaba el campo cedían el terreno temporalmente. A veces los reclamaban para volver a cultivarlo y otras por miedo a que se adquirieran derechos de propiedad.
Los mismos jugadores preparaban el terreno de juego quitando las piedras y con una yunta de bueyes y unas tablas lo allanaban. El primer campo de fútbol se ubicó en un trozo de tierra que había en la desembocadura del arroyo Uñagatos y el río Campanillas, a la altura de la finca Lancero. Más tarde, se trasladó a la Longaniza (calle Ruiz y Maíquez); en este campo pudieron jugar durante tres años pues el propietario reclamó el terreno para sembrar viñas. El tercero se ubicó en Capellanía, en tierras de Miguel Serra, propietario del cortijo Jurado. Años más tarde se trasladó al cortijo Colmenares y al rincón de Sta. Matilde, un llano situado entre este cortijo y el Jurado.

A finales de los cincuenta, en la zona conocida como la Trapera, Francisco Ramos instaló un cine de verano y cedió un terreno al lado para que se utilizara como campo de fútbol. En estos años es cuando por primera vez se federa un equipo de Campanillas con el nombre de Club Deportivo Campanillas. Su presidente fue el Sr. Noguer
Como no había vestuarios, los jugadores se cambiaban en casa de Encarnación Gómez Blanco, una vecina que vivía cerca donde se ubicaba el campo.
Jugadores en el campo de Los Olivos. Años setenta
El siguiente campo era conocido como Los Olivos. Se encontraba en la parte baja del cerro Vallejo. Las tierras fueron cedidas por Enrique García Grana, propietario del cortijo Trévenez.   Éste fue el primero en tener una pequeña caseta a modo de vestuario. La construyeron los propios jugadores, para ducharse instalaron un depósito de agua que llenaban con garrafas que llevaban desde el tejar Anza (Ceyfor). El campo estaba situado entre un arroyo y la carretera de la Colonia Sta. Inés. En estos años ya se cobraba una entrada para ver el partido, la taquilla  se ponía en la misma carretera, había poco tráfico y si alguien iba de paso le porfiaban para que pagase, pues creían que iban a ver el fútbol.


Para la construcción del campo actual se reunieron varias personas influyentes de la Barriada  en el restaurante Camposol con la intención de llegar a un acuerdo para comprar un solar. Tras varias reuniones  sin llegar a un acuerdo, Miguel Mayorga García, presidente del Club y trabajador del tejar la Malagueña, propuso hablar con el socio de su empresa Rafael García Cervantes. Este señor se comprometió a comprar el terreno, poner la maquinaria y el material.


Campo de fútbol en su ubicación actual, partido de inauguración
 del campo. El partido se disputó entre jugadores
 de equipo de Málaga y de Campanillas.




 La Barriada colaboró aportando una pequeña cantidad de dinero recogida entre los vecinos. La única condición que puso Rafael García que el campo llevase el nombre de su hija María del Mar. El 8 de diciembre de 1976 se inauguró con un partido amistoso entre el equipo de la capital y el de Campanillas. El árbitro del encuentro fue Federico Beltrán Galindo, árbitro federado. El resultado fue de Campanillas 2, Málaga 6.
















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