El cine en las décadas de los cuarenta y cincuenta
Entre 1945 y 1946 los vecinos de Campanillas
pudieron disfrutar del primer cine. Lo instaló Ramón Gallardo Benítez en un
solar de su propiedad, en la calle José Calderón a la altura del nº 113. Como
pantalla de proyección aprovechó la pared de la casa colindante a la suya,
cercó el solar con cañizo y durante ese verano se proyectaron algunas
películas. No todo el mundo tenía dinero para pagar la entrada, sobre todo los
jóvenes que, ni cortos ni perezosos, hacían un agujero en el cañizo y en caso
de ser descubiertos, siempre quedaba el recurso de subirse a los árboles de los
alrededores. Este cine sólo funcionó un verano. En los siguientes años su
propietario contrataba orquestas y organizaba veladas en las que se bailaba al
ritmo de la música de moda.
El siguiente cine
también fue de verano y estuvo instalado en “Las Alpechineras” (las
“Perchineras en el lenguaje popular), en las proximidades de la actual urbanización
“El Brillante”. Funcionó en el verano de 1955. Después fue utilizado para la
celebración de fiestas flamencas y, más adelante, en este recinto se instaló la caseta oficial
de la feria.
Entre 1958 y 1961 se
promovió el funcionamiento de un cine tutelado por la parroquia.. Joaquín
Aguirre Ortega y el párroco Jacobo (Santiago Real Romero) fueron sus
promotores. Estaba situado en el “patio Jilguero”. En él se proyectaban
películas autorizadas en las que había
que estar “como en misa”, que de guardar el orden ya se encargaba el cura.
También en este local se celebraron fiestas flamencas, con actuaciones de los
más famosos cantaores de aquellos tiempos, como Pepe de la Isla, Antonio de
Canillas, Beni de Cádiz y Manolo el Malagueño.
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Sala del cine de verano |
El cine de
verano
A partir de 1961 los vecinos de
Campanillas pudieron disfrutar de dos cines, uno de verano y otro de invierno.
El de verano estaba situado en la Trapera, actualmente calle Cristobalina
Fernández. No tenía un nombre propio ni rótulos que lo señalaran, y las
entradas eran las mismas que las del cine “González Marín” de Cártama, ya que
el dueño era socio también de ese cine. Algunas personas recuerdan que: “era un
local bastante amplio, al que se accedía por una gran puerta de cochera. En la
fachada tenía dos taquillas y sobre ellas una pizarra colgada en la que
figuraba el precio de la entrada y la programación. Nada más cruzar el umbral
se podía ver a la izquierda la cartelera y a continuación el bar. Al lado de
éste, una pequeña habitación donde dormía el operador las noches que había
proyección. En la planta superior estaba situada la vivienda del dueño. Más
adelante, cuando los dueños se trasladaron a vivir a Málaga, esta vivienda fue
ocupada por el operador, Miguel Vázquez Vázquez, y su familia. El patio de
butacas en sus inicios estaba provisto de sillas plegables.
Poco después de su inauguración, las
intensas lluvias del otoño de 1961 provocaron el desbordamiento del río
campanillas y la riada se las llevó. Aparecieron en la Playa de la
Misericordia. Más adelante fueron sustituidas por bancos. En sus laterales había
sembradas plantas con flores aromáticas como un jazmín, una dama de noche,
varios naranjos y limoneros y buganvillas de diferentes colores. Las distintas
fragancias que se respiraban hacían las noches menos calurosas y muy agradables”.
Como el clima de Campanillas es muy
benigno, la temporada del cine de verano se prolongaba hasta bien entrado el
otoño. Si hacía frío se encendían hogueras en bidones, a modo de estufas. La prolongación de la temporada del cine de verano hacía que éste entrara en
competencia con el de invierno. A este desafío el cine de invierno contestaba
poniendo las entradas más baratas o dejando entrar gratis a las mujeres, a lo
que el de verano respondía regalando cigarrillos o una copa de aguardiente a
los asistentes. El propietario, Francisco Ramos, además del “González Marín” de Cártama, también era socio del
cine “María Cristina” de Alhaurín el Grande. Por este motivo las películas se
intercambiaban y los vecinos podían disfrutar de una programación variada. Las
películas con más aceptación eran los dramas y las del Oeste: El dolor de los hijos, Los hijos de nadie, Currito de la Cruz, Violetas
Imperiales, Siete novias para siete
hermanos o Los doce del patíbulo, entre otras.
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Taquillas del cine de verano |
Como ya era
tradicional, en las salas de cine
también se ofrecían espectáculos musicales. Algunos de los artistas de la época
que actuaron fueron Manolo y Antonio el Malagueño, Rafael Farina, La Niña de la Puebla, Juanito Valderrama y
Pepa Flores. Como dato anecdótico se recuerda que la entrada a la actuación de
Rafael Farina costaba 30 pesetas. En los últimos años se dejaron de proyectar
películas y se celebraban banquetes de boda y con la llegada de la
democracia el PSOE y el PCE organizaron
varios mítines antes de la desmantelación del recinto.
Fotos: Archivo Fotográfico y Documental de Campanillas.